Javier Viglizzo es Preparador Físico del Comité Olímpico Argentino. Además, es Profesor de Educación Física recibido en la Universidad de Córdoba. La mayor parte de su trabajo la realiza en Santa Rosa (La Pampa), su ciudad natal.
- ¿Cómo empezaste con el deporte y como es tu trabajo?
- Tengo una experiencia deportiva que considero importante para lo que es el ámbito de la provincia de La Pampa ya que tengo la posibilidad de entrenar a deportistas de primera línea de nuestra región. La mayor parte de los deportistas que he entrenado, hasta ahora, han sido de deportes de carácter individual. Aunque también he trabajado en deportes grupales. Pero principalmente me dedico al boxeo, al golf, entre otros. Los deportes grupales los he trabajado siempre en forma individual. En el caso del softball entrené personas para un puesto específico: pitcher.
- En la preparación física de los deportistas en disciplinas individuales, ¿crees que es importante la psicología deportiva?
- Personalmente estoy muy convencido de que la psicología es casi un 70 % de la preparación en este tipo de deportes. El hecho de estar solo ante una situación de estrés que implica el deporte necesita de un grado de concentración muy alto, de una fortaleza interna mayor que en los deportes grupales para afrontar las derrotas y también saber ubicarse o estar bien preparado cuando llegan los momentos de triunfos. Considero que es muy importante el aporte que la psicología del deporte puede hacer en este caso.
- ¿Qué puntos consideras fundamentales para trabajar?
- Como te decía, las frustraciones se sufren mucho más, las victorias se disfrutan en soledad. Generalmente los deportistas viajan solos afuera, a veces hasta ni siquiera con un entrenador.
- ¿Un entrenador podría ocupar el lugar del psicólogo?
- Los entrenadores no saben cómo responder ante esas situaciones. Creo que la preparación mental, la motivación, las expectativas y cómo trabajar todo eso son cosas muy importantes en las que debe estar involucrado un psicólogo que se dedique al ámbito deportivo. Considero que los procesos previos para trabajar con la motivación y con la ansiedad también influyen directamente sobre la preparación del deportista. Sobre la preparación física, sobre la preparación técnica, sobre las lesiones.
- ¿Recordás algún caso puntual?
- Me ha pasado de tener que estar entrenando a boxeadores previo a una competencia por el título del mundo y no sentían dolor, ni cansancio, ni fatiga… Y, al final, la pelea por un motivo “x” se caía y automáticamente se lesionaban. Entonces al no tener un psicólogo que esté trabajando con ellos, se hacía difícil saber cómo afrontar esta realidad. Por eso, creo que la mayoría de las veces he optado por aconsejarles que tengan un psicólogo personal. Tener en cuenta que si ganan no son los mejores del mundo y si pierden no son los peores. Si bien la vida de ellos pasa por ese lado, sobre todo con los deportistas más chicos. Pero deben saber dónde están parados y cómo afrontar cada una de las situaciones que se les van planteando. Uno como preparador físico o entrenador muchas veces tiene o entiende qué le puede decir pero sabe y conoce sus propias limitaciones, entonces creo que el psicólogo es fundamental en este proceso de trabajo.
- ¿Cuál es tu visión acerca de la preparación de los deportistas?
- Considero que el abordaje del deportista debe ser multidisciplinario. Todas las ciencias puedan aportar algo al deportista. Todo es significativo para los procesos del entrenamiento. Y ese abordaje, además de ser multidisciplinario, tiene que ser interdisciplinario que es sumamente importante para el desarrollo del individuo. Es un poco difícil hacerle entender a los deportistas la importancia que tiene la psicología del deporte o las ciencias. Es difícil hacerles entender la importancia de contar con un médico, con un kinesiólogo, con un preparador físico o con un nutricionista hasta que trabajan en ellos y sienten que realmente obtienen un resultado beneficioso para los aspectos deportivos, mentales y físicos.
- Hace poco más de un año se realizó en tu ciudad la primer Clínica de Hockey, ¿cómo fue la experiencia?
- La idea era hacer cosas novedosas, basadas en el fútbol y el hockey, para que todo lo que se haga en el Club (La Barranca) sume para su crecimiento. Lo importante es que sirva para el crecimiento del deporte de la provincia de La Pampa. Partiendo de esto surgió la idea de organizar una clínica de hockey que nunca se había hecho ni en Santa Rosa ni en la provincia, a través del aporte de dos jugadoras de élite del seleccionado argentino, como son Jorgelina Rimoldi y Mariné Russo. Pero no nos alcanzaba sólo con hacer una clínica de este estilo, nosotros queríamos dar un salto de calidad entonces planteamos la posibilidad de decir que a la parte deportiva, técnica, táctica y estratégica del hockey, debíamos sumarle los campos de psicología del deporte, nutrición y preparación física.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
lunes, 21 de noviembre de 2011
“Nada era del individuo, a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneo”
La frase citada en el título fue extraida del libro 1984, de George Orwell, y puede asociarse con lo que le pasa a un hincha fanático cuando, justamente, este fanatismo lo domina. Esos centímetros cúbicos que manejan todo en una persona, pasa a segundo plano y deja de ser importante cuando la locura por los colores toma protagonismo. El desastre se genera cuando un conjunto de individuos sufre este efecto al mismo tiempo y en un único lugar. El fútbol llevado a la exigencia máxima genera estados emocionales distintos a los de cualquier otra situación de la vida.
La pasión no tiene explicación científica ni academica. Este deporte genera emociones excepcionales que no responden a un patrón normal que pueda ser generado por otro evento. Es diferente a lo que producen otras disciplinas, esto depende de una cuestión cultural en países con una orientación muy marcada hacia este deporte como Argentina y Brasil, porque existe la necesidad de ver algo espectacular con lo que identificarse, como la historia de un equipo o un jugador. Esto tiene directa relación con la necesidad de identidad, lo que genera una relación pasional, muy fuerte.
Nuevamente toma un lugar preponderante la represión. Todos esos sentimientos guardados afloran cuando lo inconsciente le gana a lo que uno cree moralmente correcto. Es indiscutible que la pasión futbolera logra el resurgimiento no solo de pasiones descontroladas sino un despertar nacionalista donde tiene que ver con los orígenes del deporte, que nace con la necesidad de resolver conflictos en enfrentamientos deportivos y no con armas.
Todo tiene que ver con cierto morbo como lo es ver a varias personas enfrentándose por una pelota y sentir un intercambio emocional que empieza con descontrolados latidos del corazón y terminan con lágrimas de alegría o desazón. Porque durante, al menos, esos noventa minutos donde la pelota estará en juego todo el mundo está pendiente de una sola situación y eso hace que el estado de ánimo sea diferente.
Existe un proceso de enojo, de negación y se buscan excusas, la verdad es que los resultados son solo el reflejo de determinado proceso y por eso los procesos son los que llevan a resultados.
La pasión no tiene explicación científica ni academica. Este deporte genera emociones excepcionales que no responden a un patrón normal que pueda ser generado por otro evento. Es diferente a lo que producen otras disciplinas, esto depende de una cuestión cultural en países con una orientación muy marcada hacia este deporte como Argentina y Brasil, porque existe la necesidad de ver algo espectacular con lo que identificarse, como la historia de un equipo o un jugador. Esto tiene directa relación con la necesidad de identidad, lo que genera una relación pasional, muy fuerte.
Nuevamente toma un lugar preponderante la represión. Todos esos sentimientos guardados afloran cuando lo inconsciente le gana a lo que uno cree moralmente correcto. Es indiscutible que la pasión futbolera logra el resurgimiento no solo de pasiones descontroladas sino un despertar nacionalista donde tiene que ver con los orígenes del deporte, que nace con la necesidad de resolver conflictos en enfrentamientos deportivos y no con armas.
Todo tiene que ver con cierto morbo como lo es ver a varias personas enfrentándose por una pelota y sentir un intercambio emocional que empieza con descontrolados latidos del corazón y terminan con lágrimas de alegría o desazón. Porque durante, al menos, esos noventa minutos donde la pelota estará en juego todo el mundo está pendiente de una sola situación y eso hace que el estado de ánimo sea diferente.
Existe un proceso de enojo, de negación y se buscan excusas, la verdad es que los resultados son solo el reflejo de determinado proceso y por eso los procesos son los que llevan a resultados.
El Tano Pasman es un claro ejemplo:
Locuras con Razón: Ese Rifle suena bien
Por esta sección, pasaron diversos casos de deportistas que abandonaron su disciplina por medio del suicidio, otros que fueron arrastrados a la droga o el alcohol… Fernando Pandolfi, El Rifle, se cansó del fútbol, se hartó de las presiones, de los insultos, de los entrenamientos y las concentraciones. De un día para el otro decidió abandonar una exitosa carrera como futbolista, a la temprana edad de 28 años, y dedicarse a lo que le daba felicidad: la música.
“Cuando volví de Italia empecé a tomarme el fútbol de otra manera, responsablemente, pero ya no sentía que era mi vida. Me acuerdo que me compré una criolla y un cancionero y de a poco comencé con la guitarra y a cantar canciones que me gustaban. Empecé a escribir y a ponerle música a esas escrituras”, contaba El Rifle.
Pandolfi comenzó su carrera futbolística en 1993 con Vélez Sarsfield, donde formó parte del exitoso equipo ganador de varios trofeos a mediados de los noventa, destacándose la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental. Jugó en El Fortín entre 1993 y el 2000, tras haber tenido un breve paso por el Perugia. Más tarde, desembarcó en el Boca de Carlos Bianchi, quien ya había sido su entrenador en el conjunto de Liniers. En el año 2002, anunció que se retiraba.
Veinticuatro horas después, Fernando subió al escenario del Luna Park, se calzó la guitarra y tocó como invitado estelar de Los Piojos en el cover –ya clásico– de Around & around. Así lo contaba el protagonista: “Me llamó Tavo el sábado a la tarde y me dijo ‘Mirá que vas a tocar, eh...’ No lo podía creer. Era una locura, parecía Sorpresa y media. Hasta me propusieron hacer un solo de armónica, pero con tocar la guitarra me pareció suficiente. Es distinto subir a un escenario que salir a una cancha. Estaba muy nervioso, porque la gente me conocía de un ambiente distinto. Pero todo salió muy bien”.
Hoy en día, alejado del deporte, es líder de la banda de rock Mil Hormigas. Quien alguna vez vio a Pandolfi con la camiseta puesta debería escuchar a su grupo: da lo máximo y disfruta del rock, como alguna vez saboreó ver a la pelota besar la red.
Un tema de la banda del Rifle:
Cicatrices - Mil Hormigas - Video Oficial
Causas y consecuencias de un Gran Hermano futbolero
En el libro ´1984´ de George Orwell, “El Gran Hermano siempre tiene la razón”, es algo superior a todos. Es aquello que controla cada movimiento y cada pensamiento de los miembros de la sociedad que dirige. Esto genera un conflicto intrapsiquico en las personas que son vigiladas por la telepantalla del Gran Hermano. Así la represión de sus deseos más profundos se hace piel en ellos. Solo les queda resistir. Su inconsciente se rellena de un sinfín de elementos guardados que salen al exterior en forma de actos fallidos, síntomas mentales y físicos, entre muchas otras cosas.
Esta parcial descripción de la novela de Orwell da lugar al paralelismo con el fútbol actual y sus principales actores. Los jugadores, de alguna u otra manera, son víctimas del negocio en el cual se ha convertido el deporte más popular del mundo. No podemos negar que, la mayoría de ellos, se vio favorecido por este gran circo pero siempre y cuando tengamos en cuenta solo el aspecto económico. Fuera de eso, y poniendo el ojo en la parte más personal de esos deportistas, todo esto los ha perjudicado. Los que más lo sufren son aquellos que no tienen la personalidad necesaria para poder afrontar este tipo de presiones o quienes no se animan a trabajar en sí mismos para poder adaptarse. Casos como los de Robert Enke y Mirko Saric (ambos se suicidaron), entre otros, son situaciones extremas a las que puede llegar un ser humano que se enfrenta a un caudal de presiones y de “vigilancia” difícil de soportar.
Los medios de comunicación, en muchos casos, cumplen el rol de Los policías del pensamiento (término utilizado por Orwell en su libro). Los directivos, de toda índole, son el ojo que todo lo ve. Hacen o deshacen. Prohíben o dejan que pase. Son intocables y manejan todo. Los hinchas, en su mayoría, son súbditos de los medios y entran en la vorágine propuesta por los dueños del circo. En la cancha ya no prima el buen juego y el fair play. Lo único que importa es ganar. No importa cómo ni a qué precio. Como varias veces se ha dicho, todo se transforma en una picadora de carne. Los futbolistas deben andar como soldados y respetar a rajatabla las condiciones impuestas desde más arriba. La telepantalla, observa todo. Todo lo superficial. Por dentro, suceden miles de otros acontecimientos que deben ser tratados con mayor cuidado y trabajados con mucha delicadeza. Hay que tener en cuenta, que los deportistas no son máquinas. Tienen sentimientos y pensamientos como todos los demás.
Si nos pusiéramos a analizar los hechos más trágicos de los futbolistas, veríamos que todos se generan, en algún punto, a partir de esta presión provocada por quienes manejan este gran negocio.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Locuras con Razón: Entre y salga cuando quiera, Su Majestad
Desde chico ya se sabia cual iba a ser el destino de Michael Jordan. En su casa del barrio de Brooklyn, en Nueva York (su ciudad natal), su padre James, le construyó una cancha de básquet donde pasaba horas tirando al aro. A los 21 años, luego de haberse desempeñado en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, Jordan fichó para los Chicago Bulls, donde rápidamente se convirtió en amo y señor de una de las franquicias más ganadoras de la década de los 90, con 6 anillos. En esos años dorados de los Bulls no se cansó de romper records. Fue el máximo anotador en diez temporadas, con un promedio de 32 puntos por partido, récord absoluto en la NBA, y fue elegido Mejor Jugador en 1988, 1991, 1992, 1996 y 1998.
En el año 1993, Jordan, vivió un momento muy difícil. Esa vida llena de éxitos y alegrías dio un vuelco estrepitoso: su padre había sido asesinado. El mejor jugador de básquet de todos los tiempos decidió ponerle punto final a su carrera como profesional. Pero como lo hiciera desde muy pequeño en el barrio de Brooklyn, "Air" se aferró a esos momentos de felicidad vividos con su padre y con la fuerza que éste siempre le transmitió, incluso cuando ya no estaba a su lado físicamente, volvió a ponerse esa mítica camiseta número 23 de los Chicago Bulls en marzo de 1995. Todavía le quedaba mucho repertorio por ofrecer.
Más allá de sus dotes como deportista, se reconoce su fortaleza mental, tanto dentro como fuera de la cancha. Siempre pensando en ganar. Siempre a base de esfuerzo y trabajo. “He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para hacer el tiro que ganaba el juego y lo fallé. He fallado una y otra vez, y otra vez en mi vida. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida.”, declaró His Royal Airness (Su majestad del aire) en algún momento de su carrera.
Tan sólo una temporada después de su vuelta consiguió un nuevo anillo y su última gran alegría con los Bulls llegaría en la campaña 1998. Un año más tarde, Michael anunció su retiro definitivo del básquetbol profesional. Pero, el 25 de septiembre de 2001, anunció su segundo retorno, aunque ya se sabía que esta sería la última. En esta oportunidad Jordan llegó a Washigton para guiar al joven plantel de los Wizards. Si bien su estado físico ya no era el mismo y pese a las constantes lesiones que lo alejaron de las canchas por varios partidos, la magia y calidad de "Air" siguieron intactas. El 16 de abril de 2003 quedará marcado para la posteridad no sólo en la vida de Jordan, sino también en la historia de la NBA. Ese día, en Filadelfia, Michael disputó su último partido como profesional frente a los 76ers.
En el año 1993, Jordan, vivió un momento muy difícil. Esa vida llena de éxitos y alegrías dio un vuelco estrepitoso: su padre había sido asesinado. El mejor jugador de básquet de todos los tiempos decidió ponerle punto final a su carrera como profesional. Pero como lo hiciera desde muy pequeño en el barrio de Brooklyn, "Air" se aferró a esos momentos de felicidad vividos con su padre y con la fuerza que éste siempre le transmitió, incluso cuando ya no estaba a su lado físicamente, volvió a ponerse esa mítica camiseta número 23 de los Chicago Bulls en marzo de 1995. Todavía le quedaba mucho repertorio por ofrecer.
Más allá de sus dotes como deportista, se reconoce su fortaleza mental, tanto dentro como fuera de la cancha. Siempre pensando en ganar. Siempre a base de esfuerzo y trabajo. “He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para hacer el tiro que ganaba el juego y lo fallé. He fallado una y otra vez, y otra vez en mi vida. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida.”, declaró His Royal Airness (Su majestad del aire) en algún momento de su carrera.
Tan sólo una temporada después de su vuelta consiguió un nuevo anillo y su última gran alegría con los Bulls llegaría en la campaña 1998. Un año más tarde, Michael anunció su retiro definitivo del básquetbol profesional. Pero, el 25 de septiembre de 2001, anunció su segundo retorno, aunque ya se sabía que esta sería la última. En esta oportunidad Jordan llegó a Washigton para guiar al joven plantel de los Wizards. Si bien su estado físico ya no era el mismo y pese a las constantes lesiones que lo alejaron de las canchas por varios partidos, la magia y calidad de "Air" siguieron intactas. El 16 de abril de 2003 quedará marcado para la posteridad no sólo en la vida de Jordan, sino también en la historia de la NBA. Ese día, en Filadelfia, Michael disputó su último partido como profesional frente a los 76ers.
Las mejores jugadas de Michael Jordan:
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lunes, 7 de noviembre de 2011
Locuras con Razón: Si no pedaleaba se caía
Lance Armstrong |
El 2 de octubre de 1996 le diagnosticaron cáncer testicular. Tenía veinticinco años cuando esta afección estuvo a punto de matarlo: un coriocarcinoma muy avanzado se extendió por su abdomen, pulmones y cerebro, debió pasar por dos intervenciones quirúrgicas y cuatro ciclos de quimioterapia para librarse de él.
Publicidad del Dia Internacional de la Lucha Contra el Cancer |
Tour de France |
La autoimagen, la imagen que una persona posee de sí misma, es la más importante de todas las que tenga en su mente. Le fija límites a las metas que se ha propuesto alcanzar y le define lo que puede o no hacer. Determina los niveles de confianza que tenga e incide en el rendimiento que dé. La formación de una autoimagen realista y adecuada le permitirá a una persona convertir una dificultad en una oportunidad y constituye el punto de partida de una vida exitosa y feliz. Haber experimentado el éxito es básico para triunfar. Los recuerdos de los éxitos obtenidos actúan como “archivos de información” que le proporcionan a una persona la confianza requerida para encarar los problemas a los que se ve abocada.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
La persona detrás del futbolista
La labor de los psicólogos en los planteles de fútbol amateur o juvenil está totalmente documentada e instalada. No pasa lo mismo con el fútbol de alto nivel. La profesionalización de este deporte ha llegado a niveles en los que es necesaria la intervención de algunas ciencias, desde la nutrición hasta la educación física, la antropometría, la medicina y otras, se acercaron no sólo para mejorar esto que desde un tiempo a esta parte se ha convertido en un gran negocio, sino también para cuidar a los jugadores y brindar un poco de bienestar en el medio de algo que cada día se parece más a una selva.
Infinidad de veces, sobre todo en los últimos años, se ha escuchado por todos los rincones del ambiente futbolístico: “Messi no es el mismo en la Selección Argentina que en el Barcelona”. La mayoría de los periodistas especializados en el fútbol de alto rendimiento y, como consecuencia, la gente que consume todo lo relacionado con este deporte repiten esa frase cada vez que Lionel Messi se calza la celeste y blanca. De esta forma se inicia una lista de odiosas comparaciones relacionadas con el actual crack argentino. A partir de allí, no tardan en llegar las críticas y, en algunos casos, la falta de respeto para con el jugador, que más allá de eso, es una persona como lo somos todos nosotros. “Lio es el mejor jugador del mundo”, se llenan la boca y a los 15 minutos llegan los insultos. Esto no representa a todos, pero sí a una gran mayoría. Creen que es el salvador pero se olvidan que detrás de la estrella hay un ser humano con una historia de vida un tanto compleja, con presiones, con mucho estrés y que carga con una gran responsabilidad sobre su espalda.
Técnicamente, el estrés (stress) es un fenómeno que se presenta cuando las demandas de la vida se perciben demasiado difíciles. La persona se siente ansiosa y tensa. Diversidad de hechos que generen emociones, pueden causarlo. Éstas pueden ser positivas (salir campeón, ganar un partido, tener un buen rendimiento) o negativas (perder un partido, no rendir al nivel esperado, sufrir lesiones). Lionel Messi vive en Barcelona hace ya más de 10 años. Es su lugar en el mundo. En ese club logró sobreponerse a sus problemas de crecimiento. Esa institución se hizo cargo de su tratamiento hormonal luego de no haber encontrado respaldo en clubes argentinos como Newell´s Old Boys (de Rosario, su ciudad natal) y River Plate. La niñez no fue nada sencilla para el, hoy, astro futbolístico. “En Rosario, yo vivía como un chico normal. Nunca me sentí menos que nadie entre mis amigos del barrio, a pesar de mi pequeña estatura. Pero cuando vi a mis padres llorar por lo que habían dicho los médicos, entendí que algo malo pasaba con mi cuerpo”, le contó, en mayo de 2010, Messi al diario La Nación.
Es necesario tomar en cuenta ésta y muchas otras situaciones a la hora de juzgar a un deportista. Se destaca el caso de La Pulga por ser reconocido mundialmente pero, en mayor o menor medida, sucede lo mismo con muchísimos otros futbolistas que semana tras semana son puestos en un pedestal y, de un momento a otro, son arrojados a los lugares más profundos. Hay que dar mayor difusión a estos aspectos. No a contar intimidades sobre los protagonistas, sino a demostrar que antes y después de cada partido tienen una vida con cosas buenas y malas que pueden repercutir de forma positiva o negativa en su rendimiento dentro del campo de juego.
martes, 1 de noviembre de 2011
Lo importante de plantearse objetivos. "No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige"
El no tener un objetivo claro desorienta. Poder llevar a cabo una planificación representa la razón por la que se hace válido el esfuerzo diario, es decir, representa el resultado del esfuerzo. Es el fin, hacia donde me dirijo, por qué hago lo que estoy haciendo. Regula, mejora y fortalece la motivación.
Si hablamos sobre el deporte, específicamente, el de alta competencia podemos notar que los objetivos están establecidos, principalmente, en los deportes de grupo. Al hablar de disciplinas profesionalizadas como el fútbol, el básquet o el rugby, el planteamiento de metas esta a cargo del líder o guía del plantel. Generalmente, ese rol es ocupado por el director técnico, el manager y/o también, el capitán del equipo.
Entra en juego un aspecto fundamental en los deportes que son de conjunto: el liderazgo. A partir de ahí el líder puede elegir ciertos objetivos a seguir, es decir, para donde les será favorable el viento. Aunque no se sepa si esa es la meta correcta que los llevará al éxito, los miembros del equipo deben seguir ciegamente ese objetivo, tirar todos para el mismo lado y dejar a un costado las ideas personales para convertirlas en ideas de equipo.
Distinto es el caso de las discplinas individuales. Aquí el protagonista es el único que toma la decisión final de “hacia donde dirigirse”. Mas alla de esto, la competitividad a llevado a que cada deportista este apoyado y sustentado por un grupo de personas que tienen el afán de que ese jugador obtenga el éxito, el cual llevará al triunfo a ellos mismos.
Los objetivos se pueden planificar tanto para el entrenamiento como para la competencia. Los mismos deben ser charlados con el entrenador, con el psicólogo, para lograr un plan de trabajo progresivo, adaptado a las capacidades del jugador y muchas veces a recuperar la confianza. Dependen de nosotros, de cuanto estamos poniendo para lograrlo. ¿Se puede un sueño convertir en objetivo? Maradona a los 14 años dijo: “Mis sueños son dos: jugar en el mundial y salir campeón.” ¿Posible? Hay que luchar hasta lograr el máximo.
Si hablamos sobre el deporte, específicamente, el de alta competencia podemos notar que los objetivos están establecidos, principalmente, en los deportes de grupo. Al hablar de disciplinas profesionalizadas como el fútbol, el básquet o el rugby, el planteamiento de metas esta a cargo del líder o guía del plantel. Generalmente, ese rol es ocupado por el director técnico, el manager y/o también, el capitán del equipo.
Entra en juego un aspecto fundamental en los deportes que son de conjunto: el liderazgo. A partir de ahí el líder puede elegir ciertos objetivos a seguir, es decir, para donde les será favorable el viento. Aunque no se sepa si esa es la meta correcta que los llevará al éxito, los miembros del equipo deben seguir ciegamente ese objetivo, tirar todos para el mismo lado y dejar a un costado las ideas personales para convertirlas en ideas de equipo.
Distinto es el caso de las discplinas individuales. Aquí el protagonista es el único que toma la decisión final de “hacia donde dirigirse”. Mas alla de esto, la competitividad a llevado a que cada deportista este apoyado y sustentado por un grupo de personas que tienen el afán de que ese jugador obtenga el éxito, el cual llevará al triunfo a ellos mismos.
Los objetivos se pueden planificar tanto para el entrenamiento como para la competencia. Los mismos deben ser charlados con el entrenador, con el psicólogo, para lograr un plan de trabajo progresivo, adaptado a las capacidades del jugador y muchas veces a recuperar la confianza. Dependen de nosotros, de cuanto estamos poniendo para lograrlo. ¿Se puede un sueño convertir en objetivo? Maradona a los 14 años dijo: “Mis sueños son dos: jugar en el mundial y salir campeón.” ¿Posible? Hay que luchar hasta lograr el máximo.
lunes, 31 de octubre de 2011
La decisión del técnico llevó a que Pizarro sea figura
David Pizarro y Vincenzo Montella (DT de Roma) |
Pizarro, que terminó siendo una de las figuras del partido, volvió a jugar después de mucho tiempo ausente por una dolencia en una rodilla por la que se sometió a un tratamiento en Chile. Esa decisión del volante chileno fue la que lo enfrentó con Claudio Ranieri, quien renunció a la conducción de la Roma tras la derrota por 4-3 ante Génova en un partido que su equipo ganaba por 3-0. . Este tipo de lesiones suelen causar bajones o, en casos extremos, síntomas de depresión en ciertos jugadores.
Pizarro, en cancha. |
Montella en el banco de Roma |
"Soy una persona fría y por eso todo lo que me tocó vivir en estos dos días lo encaré de ese modo. Eso sí, no pude contener la emoción cuando el árbitro pitó hoy el final del partido", confesó Montella.
Locuras con Razón: Voló de palo a palo pero no pudo volver a levantarse
Robert Enke en la Seleccion de Alemania |
Enke, quien defendió el arco de Benfica y Barcelona, entre otros, y que fue ocho veces internacional con Alemania, no logró sobreponerse a la pérdida de su hija (Lara) y decidió abandonarlo todo a los 32 años. Así, el 10 de noviembre del 2009, Enke se dejo embestir por un tren. Su muerte causó conmoción tanto en su país como en el resto del planeta.
Enke y su hija Lara |
Enke con su mujer (Teresa) y su hija Leila |
Teresa Enke señaló además que la muerte de Lara los había unido mucho y que por eso ella había creído que otra vez podría ayudar a su marido a salir adelante. "Nos teníamos a nosotros, él tenía el fútbol y teníamos a Leila", dijo la viuda. "Traté de estar a su lado, al final iba con él a los entrenamientos. Creía que con amor podíamos superarlo todo", agregó.
Cientos de fans dejaron flores y velas en conmemoración al arquero en la entrada del AWD-Arena, donde el Hannover 96 actúa de local. Los equipos en que jugó el alemán realizaron sentidos homenajes en sus partidos.
Funeral de Robert Enke |
lunes, 24 de octubre de 2011
Biagioli finalizó en el primer lugar en aguas abiertas
Cecilia Biagioli muestra su medalla dorada |
La cordobesa Cecilia Biagioli (26 años) obtuvo la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara para dejar atrás el mal trago de las Olimpiadas de Beijing 2008, donde participó en los 400 y 800 metros libre sin poder avanzar a la final. Hoy, en las aguas abiertas, la historia dio un vuelco de 180º y tanto ella como su entrenador, su hermano Claudio Biagioli, lo celebran.
Luego de aquella mala experiencia, Biagioli estaba decidida a dejar de nadar. Su familia no lo permitió y la impulsó a seguir adelante. Así, con la ayuda de su hermano, logró cambiar de parecer y de hábitat: comenzó a nadar en aguas abiertas, la disciplina que, en Puerto Vallarta, le permitió colgarse su primera medalla dorada.
Biagiolo en aguas abiertas |
“Venía dispuesta a estar lo más cerca del podio, quería tener una medalla sea del color que fuera. Dios me dio la posibilidad de tener la de oro y estoy muy contenta. Tener la plaza para Londres es también para mi un logro muy importante. Ahora quiero seguir luchando para estar lo más arriba posible y cerca del número 1”, declaró la campeona panamericana.
Este caso es un claro ejemplo de la desmotivación que sufren los deportistas a la hora de no obtener el resultado buscado. Sin embargo, es importante la energía positiva impuesta por los factores externos que rodean al deportista (su familia y, particularmente, su hermano). Una vez que la persona está fuerte, debe empezar desde cero. Y, premios como el que consiguió Cecilia, son fundamentales para generar ganas de seguir adelante y autosuperarse.
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Locuras con Razón: Un Turco al borde de la muerte
Claudio “Turco” Garcia, no es un deportista de la jerarquía de los que integraron la sección hasta el momento (Gaston Gaudio, Michael Phelps y Paolo Di Canio), pero no tiene nada que envidiarles a la hora de hablar de locuras, rarezas o excesos. El Turco es un ex jugador del fútbol argentino que vistió las camisetas de Huracán, Vélez y Racing, entre otros. Además de dejar una cuota goleadora en cada uno de los nueve clubes donde jugó, también dejó muchas historias que sobrepasan el ámbito profesional.
En una entrevista al Grafico, Garcia supo confesar: “Yo no estoy muerto porque Dios es grande. Por la falopa, que llegué a tomar 10 gramos de cocaína por día. Por la moto, que la puse a 280 por hora. Y lo mismo si no hubiera sido jugador de fútbol, me habría quedado viviendo en Lugano y quizás era un delincuente y moría en un enfrentamiento con la policía.”. En esa frase se resume el modo de vida de una persona que siempre fue más allá de los límites.
Su paso por el Olympique de Lyon (Francia) |
Incluso su ídolo, Houseman, era un gran jugador que al igual que él, tuvo grandes problemas de adicción (alcohol). “El Loco (Houseman) era mi ídolo. Siempre jugué con las medias bajas y caminaba como él. Se lo dije ya de grande. El chupi, por suerte, no lo agarré. Bueno, si agarraba todo hubiera sido un Drugstore: abierto las 24 horas y con todos los productos. Siempre fui hincha de Huracán.”
En 2008, tuvo una intervención medica para poder alejarse definitivamente de las drogas. Claudio lo describe con lujo de detalles: “A mí me dieron como 200 aplicaciones con laser en tres días. Te lo ponen en la nariz, no sentís los conductos. El láser apaga la bombita que te pide y te pide. Me quedé dormido y empecé a roncar. Llevaba más de una hora sin consumir. ¿Sabés lo que significaba para mí una hora sin consumir? Un logro tremendo, porque antes, cada 15 minutos tenía que tomar un poquito. Me aplicaron el láser y me hicieron antidoping. Meaba y me daba positivo. Tres días seguidos me dio positivo por toda la merca que tenía en el cuerpo. El cuarto día, el tordo me dio el diploma. “Ya no tenés más cocaína en tu sangre”, me dijo. Ahí me volví a Venado. Yo le tenía miedo a lo nuevo, y hoy disfruto. No lo puedo creer. Se podría decir que no me costó dejar la droga, aunque en realidad me costó 20 años tomar la decisión. En el medio también tuve apoyo psicológico y una medicación que tomo todos los días para la abstinencia y un antidepresivo.”
jueves, 20 de octubre de 2011
“El Pupi Zanetti es un modelo psico-social importante para los deportistas más jóvenes”
Jorge Garzarelli, uno de los psicólogos deportivos más importantes del país, desglosa sus conocimientos y destaca la importancia del seguimiento analítico de los protagonistas. Es profesor de psicología en la Universidad de El Salvador y se especializa en el tratamiento del deporte desde hace veintidós años.
- ¿Qué te llevó a especializarte en psicología del deporte?
- Hacer deporte desde chico. Ski, porque mi familia es del sur. Y, después, como vivíamos cerca del río, remo, natación y luego, buceo. Ahora, con mis 69 años, corro y voy al gimnasio.
- ¿Cómo se te dio por aplicar la psicología en el deporte y como lo hiciste?
- Al ser psicólogo tenés varios campos: el campo clínico, el campo laboral y muchos otros. Empecé trabajando en la parte clínica y me empezaron a caer deportistas. Principalmente tenistas y golfistas. Y ahí empezó la carrera, hace ya 22 años.
- ¿Es relevante el trabajo en equipo?
- El trabajo en equipo involucra la pertenencia a un grupo o la referencia a un grupo. Y dentro de un grupo está el capitán como líder, que tiene un montón de características muy peculiares, una de ellas es el carisma, que es el conjunto de propiedades que tiene la persona para poder liderar. No todos pueden liderar. Tenés muchos tipos de líderes: político, religioso y social y además, tenés el líder autoritario, el paternalista, el democrático y el líder laissez faire - que dice: “hagan lo que quieran” - . Evidentemente debe haber una situación de democracia pero de cierto autoritarismo, relativamente paternal en el entrenador, pero con mucha más fuerza en el capitán del equipo.
- ¿Ves alguien así en el fútbol?
- Un líder, para mí, de características muy pero muy peculiares, es Pupi Zanetti. Tiene una excelente familia, tiene excelentes amigos, es un buen tipo, tiene una fundación importante, tiene hijos que lo siguen y es una persona sana. ¿Has visto alguna vez un conflicto donde esté involucrado el Pupi Zanetti? Nunca. Es un tipo mayor para el fútbol pero sigue jugando y da un modelo psico-social importante para los más jóvenes. Hay que tener en cuenta que pertenece al Inter de Italia y allá se preserva mucho más a las figuras.
- ¿Siempre trabajas con los mismos deportistas?
- Algunos tenistas vuelven seguido. Ahora sigo trabajando con tenistas y golfistas - que son de los más neuróticos y obsesivos que hay - , con un futbolista, una chica que hace patín y un chico que recién comienza con natación.
- Le das una gran importancia a la “imaginación” del deportista a la hora de desarrollarse en su disciplina…
- Todos tenemos imaginación. La imaginación vinculada al deporte, previamente tiene que estar vinculada al juego. Pero no es una imaginación cualquiera, hay varios métodos para trabajarla. La repetición es importante pero a cada repetición debo agregarle una imagen positiva. Me ha pasado a mí, yo estaba esquiando, solo, en la montaña, el sol ya se había puesto y había bastante viento y bastó con que diga: “¿y si me llego a caer acá que hago?”, y me caí. A partir de ahí hay que tranquilizarse, respirar y saber los movimientos que tenés que hacer. Saber para donde tenés que ir, como moverte. Cuando te caes del caballo, volvéte a subir. En cualquier deporte es exactamente lo mismo. A menos que te lesiones. Hay gente que tiene una capacidad de lesionarse constantemente porque está obrando en contra de su propio placer en el deporte, sucede a menudo.
- Cuando decís “obrando en contra de su propio placer”, se me viene a la cabeza Gastón Gaudio…
- Si señor, es un caso típico. El caso de Coria también. Sucede porque se interpone un factor neurótico. Basta con que vos digas que no podes o que no llegas y no vas a poder ni llegar, porque la mente maneja todo. Si estas de mal humor, caminá unos 10 minutos respirando bien y tu mal humor comienza a desaparecer de a poco. Básicamente porque la mente genera endorfinas y junto con un mecanismo metabólico importante te instala en un momento de placer que se pierde por las cosas de la vida cotidiana.
- ¿Qué tan importante crees que es la cabeza de un deportista a la hora de ejercer su actividad?
- Imaginate que tu cuerpo sin cabeza no sería nada. Por lo tanto hay una correlación. La persona humana está integrada por niveles físicos, químicos, biológicos, psicológicos, sociales, ético-morales y espirituales. El deporte recorre todo eso. Cuando vos hablas de psicología del deporte estás hablando de funciones mentales aplicadas al deporte. Cuando están inhibidas algunas de esas funciones por un trastorno neurótico o algún episodio que está perjudicando el rendimiento de la persona se inhiben las funciones características del deporte, más allá de lo técnico.
- ¿Las fuerzas externas (familia, problemas personales, simpatizantes, hinchas) influyen en el rendimiento?
- A eso se le llama presiones. Hay diferentes tipos de presiones: tenés la presión del grupo, la presión del Coach, la presión de la institución, la presión de los familiares, de los amigos y, si agarras el fútbol, la presión de todo un estadio, de todos los hinchas y los fanáticos - son cosas diferentes - , la presión de la violencia en el deporte, la presión de los rivales y la presión de los medios. Hay deportistas que son más reactivos a un tipo de presión y otros a otro tipo de presión. Pero aparte esta una de las presiones naturales del ser humano que es la autocompetencia. Por ejemplo: en salto en alto, a veces cuando llegas a tu hándicap más alto, a tu marca mayor y a los dos meses saltas 3 centímetros más, evidentemente es una gloria porque ya te autosuperaste. Entonces tenés un concepto de autocompetencia.
- Ya que hablamos del fútbol, no se sabe mucho de inclusión de psicólogos en equipos o planteles...
- Acá en Argentina no, pero en Inglaterra si, en Alemania y Holanda también.
- ¿Por qué crees que acá no?
- Es que somos un poco reactivos a la psicología. Primero que acá la psicología en el deporte es bastante novedosa, hubo psicólogos que se ocuparon en forma particular de cada uno de los jugadores pero las instituciones rechazan eso porque les genera un problema de competencia. Dicen: “no, ¿para qué un psicólogo? El psicólogo es de locos.” Y eso no tiene nada que ver, dejémosle la locura para los psiquiatras. Depende de la apertura mental que tenga la institución. Algunos clubes tienen psicólogos pero no lo dicen. Todo equipo tiene que funcionar neuróticamente. Neurótico es que cumple reglas y casualmente el deporte se rige de ellas.
- ¿Crees que un Director Técnico puede ejercer la función de un psicólogo?
- Podría, porque de hecho un director técnico está trabajando con las condiciones cerebrales de un jugador, pero también puede intervenir un psicólogo, que no necesariamente debe hacerlo de forma directa con el jugador sino al lado del coach. No va a competir con él, lo va a complementar en aspectos que el director técnico no va a manejar como la neurosis psíquica, neurosis de acabamiento, depresiones, paranoias.
- ¿Por qué funciona Messi en el Barcelona y en la Selección no lo hace tan bien?
- Messi sería un buen personaje a ser analizado. Puede que se sienta sapo de otro pozo. El Barcelona es como su casa y se siente contenido y comprendido. Quizás no sienta eso cuando juega para la selección.
- Si un psicólogo se mete en un plantel o un cuerpo técnico. ¿Es preferible trabajar individualmente, grupalmente o ambas cosas?
- Generalmente un psicólogo puede estar en un institución, entrar y salir, pero no pertenecer a la institución, porque sino es una especie de empleado más. El psicólogo tiene que tener un aire. Puede trabajar individualmente cuando hay un problema particular o cuando este problema particular se instala en el equipo va a trabajar con el que lo produce y con el grupo.
- En tu caso, ¿Cuál es el deporte que más te interesa analizar?
- El tenis, porque el fútbol está completamente analizado aparte en este momento está siendo degradado por muchos factores: políticos, económicos, sociales, etc. Entonces pasó a ser un espectáculo nacional. En el tenis, igual que en el rugby y el básquet, se preserva un público diferente que ejerce otro tipo de presión, no tan negativa. Argentina, en general, a preferido el fútbol. En la zona norte, San Isidro, Vicente López, tienen como preferencia el rugby o el tenis. Es decir que tiene que ver con el status de la persona. Cada deporte tiene un status social determinado y se juega en determinados barrios, lugares y espacios.
- ¿Cómo cambia el comportamiento de la gente que va a ver fútbol a la gente que va a ver tenis, rugby o cualquier otro deporte?
- Lo que pasa es que hay estilos y están enmarcados dentro de las familias. No siempre tiene que ver con el nivel económico o cultural. Hay veces que la misma persona va a ver fútbol y se comporta totalmente distinto a cuando va a ver otro deporte. Yo soy hincha de River y tengo un amigo que es de Boca por llevarle la contra a toda su familia. Muchas veces pasa eso.
AUDIO DE LA ENTREVISTA:
"El Pupi Zanetti como modelo psico-social" - Jorge Garzarelli
"Trabajo individual y grupal" - Jorge Garzarelli
"Diferencia entre el fútbol y otros deportes" - Jorge Garzarelli
"El psicologo y el director tecnico" - Jorge Garzarelli
- ¿Qué te llevó a especializarte en psicología del deporte?
- Hacer deporte desde chico. Ski, porque mi familia es del sur. Y, después, como vivíamos cerca del río, remo, natación y luego, buceo. Ahora, con mis 69 años, corro y voy al gimnasio.
- ¿Cómo se te dio por aplicar la psicología en el deporte y como lo hiciste?
- Al ser psicólogo tenés varios campos: el campo clínico, el campo laboral y muchos otros. Empecé trabajando en la parte clínica y me empezaron a caer deportistas. Principalmente tenistas y golfistas. Y ahí empezó la carrera, hace ya 22 años.
- ¿Es relevante el trabajo en equipo?
- El trabajo en equipo involucra la pertenencia a un grupo o la referencia a un grupo. Y dentro de un grupo está el capitán como líder, que tiene un montón de características muy peculiares, una de ellas es el carisma, que es el conjunto de propiedades que tiene la persona para poder liderar. No todos pueden liderar. Tenés muchos tipos de líderes: político, religioso y social y además, tenés el líder autoritario, el paternalista, el democrático y el líder laissez faire - que dice: “hagan lo que quieran” - . Evidentemente debe haber una situación de democracia pero de cierto autoritarismo, relativamente paternal en el entrenador, pero con mucha más fuerza en el capitán del equipo.
- ¿Ves alguien así en el fútbol?
- Un líder, para mí, de características muy pero muy peculiares, es Pupi Zanetti. Tiene una excelente familia, tiene excelentes amigos, es un buen tipo, tiene una fundación importante, tiene hijos que lo siguen y es una persona sana. ¿Has visto alguna vez un conflicto donde esté involucrado el Pupi Zanetti? Nunca. Es un tipo mayor para el fútbol pero sigue jugando y da un modelo psico-social importante para los más jóvenes. Hay que tener en cuenta que pertenece al Inter de Italia y allá se preserva mucho más a las figuras.
- ¿Siempre trabajas con los mismos deportistas?
- Algunos tenistas vuelven seguido. Ahora sigo trabajando con tenistas y golfistas - que son de los más neuróticos y obsesivos que hay - , con un futbolista, una chica que hace patín y un chico que recién comienza con natación.
- Le das una gran importancia a la “imaginación” del deportista a la hora de desarrollarse en su disciplina…
- Todos tenemos imaginación. La imaginación vinculada al deporte, previamente tiene que estar vinculada al juego. Pero no es una imaginación cualquiera, hay varios métodos para trabajarla. La repetición es importante pero a cada repetición debo agregarle una imagen positiva. Me ha pasado a mí, yo estaba esquiando, solo, en la montaña, el sol ya se había puesto y había bastante viento y bastó con que diga: “¿y si me llego a caer acá que hago?”, y me caí. A partir de ahí hay que tranquilizarse, respirar y saber los movimientos que tenés que hacer. Saber para donde tenés que ir, como moverte. Cuando te caes del caballo, volvéte a subir. En cualquier deporte es exactamente lo mismo. A menos que te lesiones. Hay gente que tiene una capacidad de lesionarse constantemente porque está obrando en contra de su propio placer en el deporte, sucede a menudo.
- Cuando decís “obrando en contra de su propio placer”, se me viene a la cabeza Gastón Gaudio…
- Si señor, es un caso típico. El caso de Coria también. Sucede porque se interpone un factor neurótico. Basta con que vos digas que no podes o que no llegas y no vas a poder ni llegar, porque la mente maneja todo. Si estas de mal humor, caminá unos 10 minutos respirando bien y tu mal humor comienza a desaparecer de a poco. Básicamente porque la mente genera endorfinas y junto con un mecanismo metabólico importante te instala en un momento de placer que se pierde por las cosas de la vida cotidiana.
- ¿Qué tan importante crees que es la cabeza de un deportista a la hora de ejercer su actividad?
- Imaginate que tu cuerpo sin cabeza no sería nada. Por lo tanto hay una correlación. La persona humana está integrada por niveles físicos, químicos, biológicos, psicológicos, sociales, ético-morales y espirituales. El deporte recorre todo eso. Cuando vos hablas de psicología del deporte estás hablando de funciones mentales aplicadas al deporte. Cuando están inhibidas algunas de esas funciones por un trastorno neurótico o algún episodio que está perjudicando el rendimiento de la persona se inhiben las funciones características del deporte, más allá de lo técnico.
- ¿Las fuerzas externas (familia, problemas personales, simpatizantes, hinchas) influyen en el rendimiento?
- A eso se le llama presiones. Hay diferentes tipos de presiones: tenés la presión del grupo, la presión del Coach, la presión de la institución, la presión de los familiares, de los amigos y, si agarras el fútbol, la presión de todo un estadio, de todos los hinchas y los fanáticos - son cosas diferentes - , la presión de la violencia en el deporte, la presión de los rivales y la presión de los medios. Hay deportistas que son más reactivos a un tipo de presión y otros a otro tipo de presión. Pero aparte esta una de las presiones naturales del ser humano que es la autocompetencia. Por ejemplo: en salto en alto, a veces cuando llegas a tu hándicap más alto, a tu marca mayor y a los dos meses saltas 3 centímetros más, evidentemente es una gloria porque ya te autosuperaste. Entonces tenés un concepto de autocompetencia.
- Ya que hablamos del fútbol, no se sabe mucho de inclusión de psicólogos en equipos o planteles...
- Acá en Argentina no, pero en Inglaterra si, en Alemania y Holanda también.
- ¿Por qué crees que acá no?
- Es que somos un poco reactivos a la psicología. Primero que acá la psicología en el deporte es bastante novedosa, hubo psicólogos que se ocuparon en forma particular de cada uno de los jugadores pero las instituciones rechazan eso porque les genera un problema de competencia. Dicen: “no, ¿para qué un psicólogo? El psicólogo es de locos.” Y eso no tiene nada que ver, dejémosle la locura para los psiquiatras. Depende de la apertura mental que tenga la institución. Algunos clubes tienen psicólogos pero no lo dicen. Todo equipo tiene que funcionar neuróticamente. Neurótico es que cumple reglas y casualmente el deporte se rige de ellas.
- ¿Crees que un Director Técnico puede ejercer la función de un psicólogo?
- Podría, porque de hecho un director técnico está trabajando con las condiciones cerebrales de un jugador, pero también puede intervenir un psicólogo, que no necesariamente debe hacerlo de forma directa con el jugador sino al lado del coach. No va a competir con él, lo va a complementar en aspectos que el director técnico no va a manejar como la neurosis psíquica, neurosis de acabamiento, depresiones, paranoias.
- ¿Por qué funciona Messi en el Barcelona y en la Selección no lo hace tan bien?
- Messi sería un buen personaje a ser analizado. Puede que se sienta sapo de otro pozo. El Barcelona es como su casa y se siente contenido y comprendido. Quizás no sienta eso cuando juega para la selección.
- Si un psicólogo se mete en un plantel o un cuerpo técnico. ¿Es preferible trabajar individualmente, grupalmente o ambas cosas?
- Generalmente un psicólogo puede estar en un institución, entrar y salir, pero no pertenecer a la institución, porque sino es una especie de empleado más. El psicólogo tiene que tener un aire. Puede trabajar individualmente cuando hay un problema particular o cuando este problema particular se instala en el equipo va a trabajar con el que lo produce y con el grupo.
- En tu caso, ¿Cuál es el deporte que más te interesa analizar?
- El tenis, porque el fútbol está completamente analizado aparte en este momento está siendo degradado por muchos factores: políticos, económicos, sociales, etc. Entonces pasó a ser un espectáculo nacional. En el tenis, igual que en el rugby y el básquet, se preserva un público diferente que ejerce otro tipo de presión, no tan negativa. Argentina, en general, a preferido el fútbol. En la zona norte, San Isidro, Vicente López, tienen como preferencia el rugby o el tenis. Es decir que tiene que ver con el status de la persona. Cada deporte tiene un status social determinado y se juega en determinados barrios, lugares y espacios.
- ¿Cómo cambia el comportamiento de la gente que va a ver fútbol a la gente que va a ver tenis, rugby o cualquier otro deporte?
- Lo que pasa es que hay estilos y están enmarcados dentro de las familias. No siempre tiene que ver con el nivel económico o cultural. Hay veces que la misma persona va a ver fútbol y se comporta totalmente distinto a cuando va a ver otro deporte. Yo soy hincha de River y tengo un amigo que es de Boca por llevarle la contra a toda su familia. Muchas veces pasa eso.
AUDIO DE LA ENTREVISTA:
"El Pupi Zanetti como modelo psico-social" - Jorge Garzarelli
"Trabajo individual y grupal" - Jorge Garzarelli
"Diferencia entre el fútbol y otros deportes" - Jorge Garzarelli
"El psicologo y el director tecnico" - Jorge Garzarelli
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lunes, 17 de octubre de 2011
Locuras con Razón: Empezó con un sueño que terminó en pesadilla
Mirko Saric nació el día 6 de junio del año 1978, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Sus padres eran de origen croata. El era un futbolista de 21 años que un mediodía de abril del año 2000, decidió quitarse la vida. Su caso impactó a toda la Argentina, por la manera en que se suicidió (se ahorcó con una sabana), porque jugaba la Primera Divisioón del fútbol argentino (San Lorenzo de Almagro) y además, había sido parte de la Selección Juvenil.
Mirko era un adolescente que vivía con su familia de origen. En aquel momento estaba lesionado gravemente. Había sido operado en enero y tenía una de las lesiónes más complicadas e inciertas que puede tener un futbolista (rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla). Entre 6 y 8 meses para volver a jugar, con suerte. En general, el lesionado se siente excluído y puede caer en una severa depresión: "pensé que tenía que largar todo" había confesado luego de la lesión. Un jugador en esa situación, además, convive con la incertidumbre de su futuro. Eso era terrible para un chico que ya había jugado 52 partidos en Primera, había sido “bajado” a Tercera y que llegó a valer alrededor de 10 millones de dólares. El lesionado siente una gran percepción de fracaso, una gran indefensión, una baja de la autoestima, una gran auto-culpa y autoreproches que lo llevan al desánimo más absoluto.
Los que lo conocían decían que tenia una personalidad débil, frágil, con muchos altibajos en su ánimo, sensible. En una palabra, lejos de la fortaleza psíquica necesaria para sobrevivir en este deporte. A todo esto hay que sumarle las terribles presiones del entorno (periodistas, representante, familia – conflictiva- , público, sponsors, etc.), la salvaje competitividad con los compañeros por un lugar, el ser futbolista y no estar preparado para otra cosa
Este chico les recordó a todos, trágicamente, que detrás del futbolista "mercantilizado" y "robotizado", se esconde nada menos que un ser-humano.
Locuras con Razón: Y El Palomo no volvio a abrir sus alas...
Usuriaga había sido amenazado telefónicamente horas antes de ser atacado de trece balazos, según reveló su madre, Esther López Moreno. "Alguien llamó para amenazarlo de muerte. De esa llamada sabe mi hija, pero creo que no le alcanzó a comentar nada a Albeiro", dijo la madre. Dos hombres que se movilizaban en una motocicleta Yamaha RX 115 llegaron al lugar y uno de ellos disparó a quemarropa a Usuriaga, quien recibió trece impactos de fuego calibre 9mm y llegó sin vida a la clínica Carlos Holmes Trujillo.
El ex jugador de la Selección Colombia vió su carrera manchada por actos conflictivos. En 1997, fue suspendido por la Asociacion del Fubtol Argentino, por 2 años, tras haber dado positivo (por cocaína) en el control anti-doping posterior al partido entre Independiente y San Lorenzo de Almagro. En aquella oportunidad su madre, Esther López, dijo que el jugador pensó en suicidarse por esa sanción, a la vez que consideró que en Argentina estaba mejor que en Colombia. En julio de 1999, El Palomo ya había sufrido el asesinato de su mujer. También la balearon.
De larga trayectoria, jugó en los equipos colombianos Deportes Tolima, Cúcuta, Nacional de Medellín, América de Cali, Millonarios y Atlético Bucaramanga en Colombia. En el exterior, además de Independiente de Avellaneda,fue parte de General Paz y All Boys en Argentina; Necaxa de México, Barcelona de Ecuador, Santos de Brasil, Málaga de España, el Sportivo Luqueño de Paraguay, el Carabobo venezolano y el Revolution de Estados Unidos. Ademas, fue pieza clave para que el Nacional de Medellín ganara la Copa Libertadores de América de 1989 y la selección colombiana clasificara al Mundial de 1990, en el cual no participó por decisión del técnico Francisco Maturana.
Algunos goles de El Palomo:
lunes, 10 de octubre de 2011
Locuras con Razón: Dos tragedias que le cambiaron la vida
Walter Hermann es un ex - jugador de básquet argentino nacido en Venado Tuerto, Santa Fe, en 1979. Es un ex – jugador, no porque su edad o su físico lo decidieran, sino por voluntad propia. No se cansó de practicar ese deporte, pero sí de hacerlo de manera profesional, con todas las presiones que eso conlleva. Una de las principales causas: la tragedia.
Hermann se destacó por sus habilidades dentro de la cancha desde muy joven. Fue campeón de la Liga Nacional en Atenas de Córdoba. Brilló en Europa y, también, llegó a ser uno de los pocos argentinos en jugar en la NBA. Fue parte de los Charlotte Bobcats y los Detroit Pistons. Además, se suma un dato no menor: salió Campeón Olímpico con la Selección Argentina en Atenas 2004.
Hermann se destacó por sus habilidades dentro de la cancha desde muy joven. Fue campeón de la Liga Nacional en Atenas de Córdoba. Brilló en Europa y, también, llegó a ser uno de los pocos argentinos en jugar en la NBA. Fue parte de los Charlotte Bobcats y los Detroit Pistons. Además, se suma un dato no menor: salió Campeón Olímpico con la Selección Argentina en Atenas 2004.
Sin embargo, su vida personal no fue de la mano con su carrera profesional. Walter tuvo que pasar momentos muy duros. Sufrió una gran tragedia el 19 de Julio del 2003. Cristina Heinrich, su madre, su hermana Bárbara y Yanina Garrone, novia del jugador, fueron víctimas de un accidente automovilístico fatal. El 18 de julio de 2004, justo un año después de aquel tristísimo episodio, Hermann era figura y goleador en el histórico triunfo de Argentina ante Brasil en la final del Campeonato Sudamericano de Básquet jugado en aquel país. Argentina venció por 95 a 78 y el venadense tuvo una de sus mejores noches como jugador de la selección nacional: 37 puntos, 11 rebotes y 5/9 triples. Pocas horas después del partido, se enteraba del fallecimiento de su padre a causa de un ataque cardíaco, y se potenciaba su trauma iniciado un año antes.
"Cada persona tiene su lugar, y el mío es Venado Tuerto. Ahora juego por hacer algo, para divertirme con mis amigos y nada más. Desde que dejé, recuperé tranquilidad", señaló Hermann casi siete años después de aquellas dolorosas perdidas.
martes, 4 de octubre de 2011
Excesivamente Gascoigne
"Fui un genio porque poca gente hacía con la pelota lo que yo podía hacer". No existe mejor definición para el futbolista inglés que la que el propio Paul John Gascoigne expresó cuando lo compararon con Diego Armando Maradona. Ese mismo hombre que, hoy en día, sigue luchando para recuperarse y salir de su adicción al alcohol y a las drogas. Aquel que vistió 57 veces la camiseta de la Selección de Inglaterra, que marcó goles de antología, pero que también fue protagonista de incidentes y locuras tanto dentro como fuera de la cancha.
“Probablemente va a morir pronto. No creo que sirva de nada ayudarle. Es una pérdida de tiempo. Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara”, decía Regan hace poco más de dos año sobre su padre, el futbolista Paul Gascoigne, quien provocó su declive deportivo y arruinó toda su vida a causa del alcohol y las drogas. “Que haya sido un gran jugador – añadía el niño, de tan sólo 12 años – no quiere decir que sea un buen padre”.
Así fue ”Gazza”, un pésimo ejemplo, pero un auténtico genio con la pelota en los pies, un elegante mediocampista de gambeta corta que hacía maravillas en el mano a mano, desde que comenzara su carrera en el Newcastle, el club de su ciudad natal, para quien firmó contrato en 1983, cuando solo tenía 16 años. Pocos años después se convirtió en la gran sorpresa del futbol inglés. Un jugador totalmente diferente.
Uno de los goles más recordados de su carrera lo marcó cuando jugaba en el Tottenham frente al Arsenal inglés, en las semifinales de la Copa de Inglaterra, con el que se metía en la final. Y, como en toda su vida, aquella alegría acabó en desgracia, cuando una rotura de ligamentos lo obligó a alejarse del futbol (por un tiempo), justo cuando estaba por firmar contrato con la Lazio de Italia.
En 1992, el conjunto lacial pagó 5,5 millones de libras por él. La estadía de Gascoigne en Roma no fue menos traumática: más lesiones, abundantes salidas nocturnas, muy mala relación con la prensa… no se pudo ver allí a este genio del fútbol que, en 1996, resurgió en el Glasgow Rangers, donde marcó 19 goles, ganó el título de liga y fue nombrado futbolista del año.
Allí protagonizó una de sus escenas más recordadas, una que conmovió al mundo: el llanto convulsivo que provocó en él la segunda tarjeta amarilla en la semifinal contra Alemania Federal, aquella que le impedía, en el caso de que se hubiera ganado su equipo, cumplir su sueño de jugar un final histórica.
Pero en la historia de “Gazza” aparece un mal que común para muchos futbolistas ingleses: el alcohol. Tony Adams, Paul Merson o Teddy Sheringham son los más reconocidos de una lista que encabezó George Best.
Al dejar el fútbol, en 2004, con el Boston United, fue de mal en peor. En 2008 fue recluido en dos ocasiones, contra su voluntad, conforme a la ley de salud mental de Inglaterra y Gales e ingresado más tarde en el hospital de Faro, en Portugal, por una sobredosis de alcohol y drogas. En estos días se siguen repitiendo sendas problemáticas, conflictos, excesos y disturbios en la vida de Paul Gascoigne, esas acciones que lo alejan cada vez más de la figura en la que se podría haber convertido.
“Probablemente va a morir pronto. No creo que sirva de nada ayudarle. Es una pérdida de tiempo. Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara”, decía Regan hace poco más de dos año sobre su padre, el futbolista Paul Gascoigne, quien provocó su declive deportivo y arruinó toda su vida a causa del alcohol y las drogas. “Que haya sido un gran jugador – añadía el niño, de tan sólo 12 años – no quiere decir que sea un buen padre”.
Así fue ”Gazza”, un pésimo ejemplo, pero un auténtico genio con la pelota en los pies, un elegante mediocampista de gambeta corta que hacía maravillas en el mano a mano, desde que comenzara su carrera en el Newcastle, el club de su ciudad natal, para quien firmó contrato en 1983, cuando solo tenía 16 años. Pocos años después se convirtió en la gran sorpresa del futbol inglés. Un jugador totalmente diferente.
Uno de los goles más recordados de su carrera lo marcó cuando jugaba en el Tottenham frente al Arsenal inglés, en las semifinales de la Copa de Inglaterra, con el que se metía en la final. Y, como en toda su vida, aquella alegría acabó en desgracia, cuando una rotura de ligamentos lo obligó a alejarse del futbol (por un tiempo), justo cuando estaba por firmar contrato con la Lazio de Italia.
En 1992, el conjunto lacial pagó 5,5 millones de libras por él. La estadía de Gascoigne en Roma no fue menos traumática: más lesiones, abundantes salidas nocturnas, muy mala relación con la prensa… no se pudo ver allí a este genio del fútbol que, en 1996, resurgió en el Glasgow Rangers, donde marcó 19 goles, ganó el título de liga y fue nombrado futbolista del año.
Allí protagonizó una de sus escenas más recordadas, una que conmovió al mundo: el llanto convulsivo que provocó en él la segunda tarjeta amarilla en la semifinal contra Alemania Federal, aquella que le impedía, en el caso de que se hubiera ganado su equipo, cumplir su sueño de jugar un final histórica.
Pero en la historia de “Gazza” aparece un mal que común para muchos futbolistas ingleses: el alcohol. Tony Adams, Paul Merson o Teddy Sheringham son los más reconocidos de una lista que encabezó George Best.
Al dejar el fútbol, en 2004, con el Boston United, fue de mal en peor. En 2008 fue recluido en dos ocasiones, contra su voluntad, conforme a la ley de salud mental de Inglaterra y Gales e ingresado más tarde en el hospital de Faro, en Portugal, por una sobredosis de alcohol y drogas. En estos días se siguen repitiendo sendas problemáticas, conflictos, excesos y disturbios en la vida de Paul Gascoigne, esas acciones que lo alejan cada vez más de la figura en la que se podría haber convertido.
"Gazza", su vida en fotos on PhotoPeach
lunes, 3 de octubre de 2011
Locuras con Razón: Trastornado por la natación
Michael Fred Phelps es considerado por muchos como el mejor nadador de la historia y como uno de los mejores deportistas olímpicos de todos los tiempos. Comenzó con la natación a los siete años como resultado de la insistencia de sus hermanas (Whitney y Hilary, que también fueron nadadoras) y, según dice su madre Deborah, para “descargar energías”.
Antes de dar el primer paso que lo llevaría a ser lo que es hoy en dia, a Phelps le diagnosticaron un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Esta enfermedad implica, primordialmente, una dificultad, generalizada para mantener y regular la atención, y una actividad motora excesiva (hiperkinesia o hiperactividad). Los pacientes con TDAH dedican un tiempo escaso a tareas cognitivas. Además de las evidentes repercusiones sociales, los TDAH pueden tener repercuticiones negativas en el proceso de escolarización, en la habilidad motriz y también en el autoestima de los pacientes que suelen sentirse incomprendidos e impotentes ante el rechazo que sufren.
En la transición de la infancia a la adolescencia, el joven Phelps comenzó a crecer de manera desproporcionada, con enormes orejas. Al correr, los brazos le llegaban más abajo de sus rodillas. Sus compañeros se burlaban de él, y cuando Phelps golpeó a uno en el autobús escolar, le fue impedido subirse al transporte por varios días.
"Su hijo nunca llegará a concentrarse en algo", le dijo una maestra a Deborah Pehlps.
"Yo le dije que quizás se estaba aburriendo", recordó Deborah recientemente en una entrevista con The New York Times. "No es muy dotado", fue la respuesta. Deborah Phelps, durante 22 años maestra, se enojó: "¿Qué es lo que van a hacer para ayudarlo?".
Así fue que en la vida de Phelps entró el Ritalin, un estimulante para tratar la hiperactividad. El medicamento calmó al futuro campeón, pero a los 11 años Phelps pidió dejarlo. Se sentía estigmatizado al tener que ir cada día a la enfermería del colegio a tomar la píldora. "Mamá, no quiero hacer esto más. Mis amigos no lo hacen, puedo manejar esto a mi manera". Por entonces Phelps ya era un nadador, y su madre veía con asombro como el niño, incapaz de estar quieto, podía sentarse por cuatro horas a la espera de sus cinco minutos en la piscina.
Michael Phelps con su madre y sus hermanas |
En la transición de la infancia a la adolescencia, el joven Phelps comenzó a crecer de manera desproporcionada, con enormes orejas. Al correr, los brazos le llegaban más abajo de sus rodillas. Sus compañeros se burlaban de él, y cuando Phelps golpeó a uno en el autobús escolar, le fue impedido subirse al transporte por varios días.
Phelps y sus medallas |
"Su hijo nunca llegará a concentrarse en algo", le dijo una maestra a Deborah Pehlps.
"Yo le dije que quizás se estaba aburriendo", recordó Deborah recientemente en una entrevista con The New York Times. "No es muy dotado", fue la respuesta. Deborah Phelps, durante 22 años maestra, se enojó: "¿Qué es lo que van a hacer para ayudarlo?".
Así fue que en la vida de Phelps entró el Ritalin, un estimulante para tratar la hiperactividad. El medicamento calmó al futuro campeón, pero a los 11 años Phelps pidió dejarlo. Se sentía estigmatizado al tener que ir cada día a la enfermería del colegio a tomar la píldora. "Mamá, no quiero hacer esto más. Mis amigos no lo hacen, puedo manejar esto a mi manera". Por entonces Phelps ya era un nadador, y su madre veía con asombro como el niño, incapaz de estar quieto, podía sentarse por cuatro horas a la espera de sus cinco minutos en la piscina.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Locuras con Razón: Un futbolista Ultra-politizado
Si hablamos de futbolistas polémicos, no podemos dejar de nombrar al italiano Paolo Di Canio, uno de los niños mimados de la hinchada de la Lazio. Se destacó por su gran calidad técnica pero, más aun, por su reconocida inclinación fascista. Aquel recordado festejo, con la mano derecha en alza (en alusión al régimen liderado por Benito Mussolini), fue una clara muestra de su personalidad.
La celebración de Di Canio con la camiseta lacial y frente a la Roma (el clásico rival), en la temporada 2004/2005, trajo mucha tela para cortar y lo posicionó en el centro de las críticas. Fue sancionado por La Federación Italiana de Fútbol con una fecha de suspensión y diez mil euros de multa. “El saludo era para mi gente. Con el brazo en alto no quiero incitar a la violencia y mucho menos al odio racial. Soy fascista, no un racista”, dijo, en aquel momento, el italiano.
Amores y odios. No había otra posibilidad. Muchos lo idolatraban, pero tantos otros querían verlo en lo más bajo. De hecho, en la Lazio (el club con el cual debuto en primera) fundó el grupo ultra Irriducibili, de corte neo-fascista. Di Canio exhibe tatuada en el brazo la palabra latina Dux, de la que deriva el adjetivo Duce (Jefe) adoptado por el dictador Mussolini.
Antes de ser futbolista, en plena adolescencia, era él quien ocupaba un hueco entre la facción más dura de los ultras del conjunto romano, adheridos a la extrema derecha. Quizá por eso, el partido ultraderechista Alianza Nacional propuso una colecta entre los aficionados para pagar la sanción que le impuso la federación italiana
La celebración de Di Canio con la camiseta lacial y frente a la Roma (el clásico rival), en la temporada 2004/2005, trajo mucha tela para cortar y lo posicionó en el centro de las críticas. Fue sancionado por La Federación Italiana de Fútbol con una fecha de suspensión y diez mil euros de multa. “El saludo era para mi gente. Con el brazo en alto no quiero incitar a la violencia y mucho menos al odio racial. Soy fascista, no un racista”, dijo, en aquel momento, el italiano.
Amores y odios. No había otra posibilidad. Muchos lo idolatraban, pero tantos otros querían verlo en lo más bajo. De hecho, en la Lazio (el club con el cual debuto en primera) fundó el grupo ultra Irriducibili, de corte neo-fascista. Di Canio exhibe tatuada en el brazo la palabra latina Dux, de la que deriva el adjetivo Duce (Jefe) adoptado por el dictador Mussolini.
Antes de ser futbolista, en plena adolescencia, era él quien ocupaba un hueco entre la facción más dura de los ultras del conjunto romano, adheridos a la extrema derecha. Quizá por eso, el partido ultraderechista Alianza Nacional propuso una colecta entre los aficionados para pagar la sanción que le impuso la federación italiana
lunes, 12 de septiembre de 2011
Locuras con Razón: Balada para un Gato
Gastón El Gato Gaudio es uno de los pocos tenistas argentinos (junto con Guillermo Vilas, Gabriela Sabbatini y Juan Martín Del Potro) que ganó Roland Garros, el Gran Slam Francés que se juega sobre polvo de ladrillo. Sin lugar a dudas, Gaudio, quedará en la historia de este deporte por haber conseguido ese logro y por tener un revés envidiable y un talento que se posicionaba muy por encima de la media. Pero por otro lado, va a ser recordado por sus locuras, preferentemente, dentro de la cancha. Un jugador distinto por donde se lo mire. Diferente por sus dotes de habilidad y calidad a la hora de pegarle a la pelotita amarilla, pero también por sus reacciones y sus frases difíciles de localizar en el deporte blanco.
Se notaba su autoexigencia de pies a cabeza. Él sabía que tenía las condiciones para ser uno de los mejores, pero su cabeza no se lo permitía. Constantemente pensando todo. Esas ideas que pasaban por su cabeza, eran escupidas hacia afuera por su boca. Todos los que mirasen a Gaudio, estarían esperando, además de ver buen tenis, ver un show. Gattone (como lo llama el periodista Juan Pablo Varsky) ha dejado frases inolvidables. Algunas muy divertidas y otras no tanto, pero que si las analizáramos en profundidad podríamos ver que no conforman un tema para reírse, sino una manía, un problema que Gastón nunca pudo superar y que lo llevó a decidir dejar el tenis profesional y comunicarlo publicamente el pasado 31 de agosto. "Me lo tomé bien. Pero también es muy difícil, es un deporte que hiciste toda tu vida y cuesta mucho dejarlo. Me siento afuera, puedo jugar torneos de exhibicion, pero ya no vuelvo más", contó el oriundo de Temperley. Como tambien dijo en reiteradas oportunidades: “Yo vivo del tenis porque me da de comer, no es mi vida”. Se nota que cuando puede demostrar lo que sabe, se divierte y disfruta, pero cuando no, sufre y lo expresa con dichos como, "¡Que mal que la estoy pasando!" (a esta altura, un clásico).
Se notaba su autoexigencia de pies a cabeza. Él sabía que tenía las condiciones para ser uno de los mejores, pero su cabeza no se lo permitía. Constantemente pensando todo. Esas ideas que pasaban por su cabeza, eran escupidas hacia afuera por su boca. Todos los que mirasen a Gaudio, estarían esperando, además de ver buen tenis, ver un show. Gattone (como lo llama el periodista Juan Pablo Varsky) ha dejado frases inolvidables. Algunas muy divertidas y otras no tanto, pero que si las analizáramos en profundidad podríamos ver que no conforman un tema para reírse, sino una manía, un problema que Gastón nunca pudo superar y que lo llevó a decidir dejar el tenis profesional y comunicarlo publicamente el pasado 31 de agosto. "Me lo tomé bien. Pero también es muy difícil, es un deporte que hiciste toda tu vida y cuesta mucho dejarlo. Me siento afuera, puedo jugar torneos de exhibicion, pero ya no vuelvo más", contó el oriundo de Temperley. Como tambien dijo en reiteradas oportunidades: “Yo vivo del tenis porque me da de comer, no es mi vida”. Se nota que cuando puede demostrar lo que sabe, se divierte y disfruta, pero cuando no, sufre y lo expresa con dichos como, "¡Que mal que la estoy pasando!" (a esta altura, un clásico).
Siempre es bueno mirar para adentro y tener autocrítica, pero pareciera que Gaudio superaba los límites. En distintas entrevistas ha llegado a reconocerse "pesimista" y a decir que el tenis era una de las peores cosas que le pasaron, pero jugaba porque, en algún punto, le gustaba practicarlo y hoy lo demuestra: "Al principio es complicado, son muchos años jugando y muchas alegrías y tristezas, pero ya pasó". Los altibajos eran constantes en la carrera profesional del Gato. Rotura de pantalones y raquetas podían esperarse en cualquier momento. Las discusiones y entredichos con árbitros de silla, alcanzapelotas o con los propios rivales, ayudantes o compañeros, eran cosa de todo los días. Siempre con sinceridad en el court y fuera de él. "¡Me quiero ir a mi casa! ¿Qué mierda hago acá, sufriendo con este tipo? ¿Para qué? ¿Con el sentido de qué? ¿De ganar 20 mil pesos más?". Ese era Gaudio como jugador de tenis, con amores y odios pero sin grises. Un deportista digno de encabezar la lista de Locuras Con Razón.
martes, 6 de septiembre de 2011
Pekerman: futbolista, taxista y entrenador.
José Néstor Pekerman jugó profesionalmente al fútbol en el club de sus amores, Argentinos Juniors, en los años setenta. De origen judío, practicó este deporte desde muy chico. Luego de su debut en la primera división, pasó a Independiente de Medellín donde jugó entre 1975 y 1978. Tuvo que dejar el fútbol por problemas en las rodillas. Volvió a la Argentina y debió trabajar como taxista para mantener a su familia en época de dictadura. Nunca bajó los brazos. Volvió a involucrarse en el ambiente del deporte más popular del mundo y presentó un proyecto para conducir las selecciones juveniles. Fue elegido y llevó a los pibes de nuevo a ganar títulos mundiales. Introdujo, también, un departamento psicológico (dirigido por Marcelo Roffé) a su cuerpo técnico para apoyar a los jóvenes jugadores del sub-20. Así, patentó un estilo y quedó en la historia.
El fanático del rugby, ¿es argentino?
Es sabido que el rugby, en nuestro país, es un deporte amateur con intenciones de convertirse en profesional. Más allá de eso, en aquel ambiente no logra unificarse una idea concreta. ¿Dejar el amateurismo provocará olvidar los orígenes y transformarse, de a poco, en algo similar al futbol? En reiteradas oportunidades, se dice que el hincha de fútbol es pasional y violento porque es el fiel reflejo de la sociedad argentina. Entonces, ¿el fanático de rugby no es argentino?
El Circulo Universitario de Quilmes enfrentó, el sábado 4 de septiembre, a Los Cedros por la séptima fecha de la reubicación del Grupo II del Torneo de la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires). El resultado fue un holgado 40 a 3 a favor de los locales, que dieron una cátedra en las canchas ubicadas en la ribera de Quilmes. El club estaba repleto de autos. Dentro de cada uno de ellos llegaban familias enteras, parejas y grupos de amigos de edades que iban desde los veinte hasta los setenta años.
El Circulo Universitario de Quilmes enfrentó, el sábado 4 de septiembre, a Los Cedros por la séptima fecha de la reubicación del Grupo II del Torneo de la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires). El resultado fue un holgado 40 a 3 a favor de los locales, que dieron una cátedra en las canchas ubicadas en la ribera de Quilmes. El club estaba repleto de autos. Dentro de cada uno de ellos llegaban familias enteras, parejas y grupos de amigos de edades que iban desde los veinte hasta los setenta años.
El partido comenzaba a las 15.30hs, pero los fanáticos arribaban mucho más temprano. El sol se hacía presente y protagonista. El verde del césped se lucía y el día de invierno terminaba convirtiéndose en primaveral. Hombres de seguridad en la entrada saludaban amablemente a la gente que se acercaba a disfrutar. Sus caras reflejaban las ganas de pasar una jornada distinta y distendida. Seguramente querrían ver ganar a su equipo, pero pareciera que el resultado fuera algo meramente decorativo para ellos. En el predio del CUQ predominaba la tranquilidad. Mesitas repletas de gente almorzando al lado de la cancha 1, donde minutos más tarde jugaría la primera del club.
Una vez comenzado el partido, todos se acercaron a las vallas para acompañar a sus jugadores. Muchos de ellos familiares o amigos de los proyagonistas, otros nada mas ni nada menos que fanáticos. Toda la "violencia" se veia dentro del terreno de juego. Afuera reinaba la paz. Podían oirse gritos de aliento, pero nunca un insulto. ¿Será que viven en otro país? No, son argentino pero que en un contexto y un ambiente diferentes a los del fútbol actúan como si fueran extranjeros.
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