lunes, 21 de noviembre de 2011

“Nada era del individuo, a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneo”

La frase citada en el título fue extraida del libro 1984, de George Orwell, y puede asociarse con lo que le pasa a un hincha fanático cuando, justamente, este fanatismo lo domina. Esos centímetros cúbicos que manejan todo en una persona, pasa a segundo plano y deja de ser importante cuando la locura por los colores toma protagonismo. El desastre se genera cuando un conjunto de individuos sufre este efecto al mismo tiempo y en un único lugar. El fútbol llevado a la exigencia máxima genera estados emocionales distintos a los de cualquier otra situación de la vida.


La pasión no tiene explicación científica ni academica. Este deporte genera emociones excepcionales que no responden a un patrón normal que pueda ser generado por otro evento. Es diferente a lo que producen otras disciplinas, esto depende de una cuestión cultural en países con una orientación muy marcada hacia este deporte como Argentina y Brasil, porque existe la necesidad de ver algo espectacular con lo que identificarse, como la historia de un equipo o un jugador. Esto tiene directa relación con la necesidad de identidad, lo que genera una relación pasional, muy fuerte.

Nuevamente toma un lugar preponderante la represión. Todos esos sentimientos guardados afloran cuando lo inconsciente le gana a lo que uno cree moralmente correcto. Es indiscutible que la pasión futbolera logra el resurgimiento no solo de pasiones descontroladas sino un despertar nacionalista donde tiene que ver con los orígenes del deporte, que nace con la necesidad de resolver conflictos en enfrentamientos deportivos y no con armas.

Todo tiene que ver con cierto morbo como lo es ver a varias personas enfrentándose por una pelota y sentir un intercambio emocional que empieza con descontrolados latidos del corazón y terminan con lágrimas de alegría o desazón. Porque durante, al menos, esos noventa minutos donde la pelota estará en juego todo el mundo está pendiente de una sola situación y eso hace que el estado de ánimo sea diferente.

Existe un proceso de enojo, de negación y se buscan excusas, la verdad es que los resultados son solo el reflejo de determinado proceso y por eso los procesos son los que llevan a resultados.

El Tano Pasman es un claro ejemplo:

2 comentarios:

  1. Correcciones:
    Esta bien la idea que planteás. Aunque creo que deberías fundamentarla mejor.
    El título es muy largo. Deberías intervenir en la frase para acomodarla. Nunca más de dos líneas.
    Bien en general.

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  2. No entendi pero me gustaria que agan un pequeño resumen 😅

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