Michael Phelps con su madre y sus hermanas |
En la transición de la infancia a la adolescencia, el joven Phelps comenzó a crecer de manera desproporcionada, con enormes orejas. Al correr, los brazos le llegaban más abajo de sus rodillas. Sus compañeros se burlaban de él, y cuando Phelps golpeó a uno en el autobús escolar, le fue impedido subirse al transporte por varios días.
Phelps y sus medallas |
"Su hijo nunca llegará a concentrarse en algo", le dijo una maestra a Deborah Pehlps.
"Yo le dije que quizás se estaba aburriendo", recordó Deborah recientemente en una entrevista con The New York Times. "No es muy dotado", fue la respuesta. Deborah Phelps, durante 22 años maestra, se enojó: "¿Qué es lo que van a hacer para ayudarlo?".
Así fue que en la vida de Phelps entró el Ritalin, un estimulante para tratar la hiperactividad. El medicamento calmó al futuro campeón, pero a los 11 años Phelps pidió dejarlo. Se sentía estigmatizado al tener que ir cada día a la enfermería del colegio a tomar la píldora. "Mamá, no quiero hacer esto más. Mis amigos no lo hacen, puedo manejar esto a mi manera". Por entonces Phelps ya era un nadador, y su madre veía con asombro como el niño, incapaz de estar quieto, podía sentarse por cuatro horas a la espera de sus cinco minutos en la piscina.
Correcciones:
ResponderEliminarBien el posteo en general.
La enfermedad se podría explicar con un link, y usar lo que ahorrás para contar más y mejores historias sobre phelps.
Releer siempre.